Volando por Iberoamérica

SEÑORAS Y SEÑORES TAN IMPORTANTES, HAGAN ALGO POR LOS NIÑOS POBRES. POR FAVOR.

LOS NIÑOS SE LO MERECEN.

Esos fueron los grandes enunciados que resonaron en la sala de reuniones de a XVII Cumbre Iberoamericana. Hacían eco en la conciencia de aquellos en quienes los pueblos depositamos la confianza, para que con la cabeza fría y el corazón ardiendo por la llama de la justicia, la piedad y la benevolencia, logren acuerdos que no son sino importantes, y más que ello, necesarios.

“Señores presidentes, que la defensa de nuestros niños sea un interés común de todos los gobiernos aquí presentes y no presentes por encima de las discrepancias políticas e ideológicas.” Shakira

“Nuestro continente, bueno, iba a decir Iberoamérica porque no sé si sea justo incluir a España y Portugal en algunas dolencias de América Latina, aunque talvez quizá sí sea correcto hacerlos partes de las causas.” Fher

Pero, claro, cualquier iniciativa es importante.
Quiero compartir con ustedes el Punto de vista Bahá'í en torno a LA EDUCACIÓN INFANTIL.
Esto es lo VERDADERAMENTE IMPORTANTE.


Suplicad al Dios único y verdadero que conceda que saboreéis obras tales como las que son realizadas en su sendero y participéis de la dulzura de humildad y sumisión tales como las que muestran por amor a Él. Olvidaos de vosotros mismos y volved vuestros ojos hacia vuestro vecino. Dedicad vuestras energías a todo aquello que promueva la educación de los hombres. Nada es, ni jamás podrá ser, ocultado a Dios. Si camináis en su sendero, sus incalculables e imperecederas bendiciones lloverán sobre vosotros. Ésta es la luminosa Tabla cuyos versos han brotado de la vibrante Pluma de Aquel quien es el Señor de todos mundos. Meditad sobre ella en vuestros corazones y sed de los que observan sus preceptos. (Tablas reveladas después del Kitab-i-Aqdás -Bahá'u'lláh)


En contraste con estas doctrinas que engendran guerras y convulsionan al mundo, e irreconciliablemente opuestas a ellas, están las curativas y salvadoras verdades, llenas de contenido, proclamadas por Bahá'u'llláh, el Divino Organizador y Salvador de toda la raza humana; verdades que deben considerarse como la fuerza animadora y el sello de Su Revelación; "El mundo es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos". "Que ningún hombre se glorie de que ama a su país; que más bien se glorie de que ama a la humanidad." Y nuevamente: "Sois los frutos de un solo árbol, y las hojas de una sola rama." "Dirigid vuestra mente y voluntad a la educación de los pueblos y razas de la tierra, para que quizás... toda la humanidad llegue a ser sostenedora de un solo orden y habitante de una sola ciudad... Habitáis en un solo mundo y habéis sido creados por la acción de una sola voluntad." "Cuidado, no sea que los deseos de la carne y de una inclinación corrupta provoquen divisio nes entre vosotros. Sed como los dedos de una sola nhano y los miembros de un solo cuerpo." Y otra vez: "Todos los renuevos del mundo han salido de un solo Árbol; y todas las gotas, de un solo Océano; y todas los seres deben su existencia a un solo ser." Y además: "Es, de hecho, un hombre, aquel que se dedica hoy al servicio de toda la raza humana." (El día Prometido ha llegado - Shoghi Effendi)



La educación - formal, no-formal e informal - es, indiscutiblemente, la forma más efectiva para moldear valores, actitudes, conductas y habilidades que equiparán a los pueblos del mundo de acuerdo con los intereses de largo plazo del planeta y de la humanidad como un todo. Las Naciones Unidas, los gobiernos y las agencias educativas deberían tratar por hacer que el principio de ciudadanía mundial sea parte de la norma educacional de cada niño. Los detalles de los programas y actividades educacionales que incorporan estas actividades variarán mucho dentro y entre las naciones. No obstante, si la ciudadanía mundial se ha de comprender como un principio mundial, todos los programas deben tener algunos aspectos en común. Basado en el principio de la unidad de la raza humana, deberían cultivar tolerancia y hermandad, nutriendo el aprecio por la riqueza e importancia de los diversos sistemas culturales, religiosos y sociales del mundo y fortaleciendo aquellas tradiciones que contribuyen a una civilización mundial sostenible. Deberían enseñar el principio de "unidad en diversidad"como llave para la fortaleza y riqueza tanto de las naciones como para la comunidad mundial. Deberían fomentar una ética de servicio al bien común y comunicar una comprensión tanto de los derechos como de las responsabilidades de la ciudadanía mundial. Estos programas y actividades deberían edificarse sobre los esfuerzos positivos del país y destacar sus éxitos tangibles, incluyendo modelos de unidad racial, religiosa, nacional y étnica. Deberían enfatizar la importancia de la NU en promover cooperación y comprensión globales; sus metas, objetivos y programas
universales; su significación inmediata para los pueblos y naciones del mundo; y
el papel creciente que debe desempeñar en nuestro mundo que se hace cada vez más
pequeño. (Ciudadanía Mundial - Declaración de la Comunidad Internacional Bahá'í)




Esta conciencia creciente del carácter unido de la humanidad y su compromiso concomitante con la solidaridad en acción debe promoverse todavía más hasta que pase a ser un valor común firmemente acatado por toda la humanidad, ya que es de importancia crucial para el cumplimiento de la responsabilidad global y para la administración fructuosa de los asuntos mundiales, entre ellos una ofensiva coordinada contra el problema de la alimentación. Esto último requiere, además, una visión general del desarrollo, que debe incluir no sólo factores relacionados con el crecimiento económico, sino también valores fundamentales como la justicia, la equidad, la igualdad del hombre y la mujer, la cooperación y el respeto por la naturaleza. Por lo tanto, se requiere con urgencia educación para el desarrollo en el sentido más profundo de la expresión, centrado en el desarrollo humano tanto como en el social y económico. Ello incluye una orientación educacional que ayude al hombre a superarse y a integrar los pedazos a veces fragmentados de la comprensión y el conocimiento modernos y le asista a dirigirse hacia la creación de un bienestar social auténtico en que se cumplan tanto las necesidades del cuerpo como las del espíritu. El concepto bahá’í del desarrollo es que todo ser humano y, por lo tanto, la humanidad en su conjunto, tiene un potencial ilimitado para el desarrollo y una necesidad espiritual interior de hacer realidad esa capacidad latente con el propósito de servir a la humanidad. En la visión bahá’í no hay «mayor bendición concebible para el hombre que llegar a ser la causa de la educación, el desarrollo, la prosperidad y el honor de sus congéneres». Esta comprensión puede dar a los seres humanos el incentivo «para elevarse y dedicarse enérgicamente al servicio de las masas, olvidando su propio beneficio material y trabajando sólo para servir el bien general». (Lucha contra el Hambre - Declaración de la Comunidad Internacional Bahá'í)

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