CARTA AL PRESIDENTE SACA
Lo que sigue, es una carta que recién leí, y que me parece que todos los jóvenes deberíamos leer
El Faro
OPINIÓN
Carta de una joven al presidente Saca
Karen Fernández
cartas@elfaro.net
Publicada el 17 de septiembre de 2007 - El Faro
Señor Presidente,
Mi nombre es Karen Alessandra Fernández, tengo 21 años y soy estudiante en proceso de titulación. Aún no sé si las letras que le dirijo van a llegar hasta usted. Puede que sean una imprudencia, pero más creo que son producto de mi corazón.
La noche del sábado 1 de septiembre compartía con un grupo de mis amigos y amigas en un restaurante cuando el celular de una de mis acompañantes interrumpió nuestra conversación. En su cara era evidente la sorpresa. Al terminar su llamada nos contó, perpleja, que hacía unas horas habían asesinado en La Unión a un joven voluntario de la organización "Un techo para mi País" y que otros acompañantes estaban heridos en el hospital. La noticia empezaba a correr en la boca de otros voluntarios como ella. No se sabía hasta el momento nada más.
Silencio absoluto en nuestra mesa. Tenía 19 años, era estudiante de tercer año de Arquitectura de la UCA, un voluntario líder y había viajado esa mañana a Conchagua, La Unión, para un reconocimiento de familias beneficiarias del proyecto.
-Lo que pasa- les dije, cortando el silencio - es que siempre vemos noticias de jóvenes sesinados, algunos menores que nosotros; son pandilleros, o simplemente sucedió muy lejos de nuestras casas; de nuestros trabajos; de la universidad; lejos de los lugares donde nos reunimos. Nunca conocemos sus rostros, ni su historia; y además nos estamos acostumbrando a vivir con la muerte y a seguir como que si en este país no pasara nada. Entonces a nosotros simplemente "nada nunca nos va a pasar"-
Talvez yo nunca hubiese conocido de él, de no ser por la tragedia. Pero su rostro, sus aspiraciones y sus anhelos me parecen muy conocidos. Mario Amílcar Moreno era el hijo de un colega del papá de mi compañera de tesis, era el hermano menor de un compañero de trabajo de mi mamá, compañero voluntario de mis amigos, conocido de mis conocidos; pero sobre todo tenía el rostro de los jóvenes salvadoreños que soñamos con un mejor país. Tenía mi rostro, el suyo, el de nuestros hermanos, el de nuestros amigos…
Debo admitir, Señor Presidente, que en algunas ocasiones no concuerdo con sus ideas políticas, pero usted es el Presidente de todos los salvadoreños, y el Presidente de los jóvenes salvadoreños que amamos este país y que nos dolemos en el alma al sentir nuestra tierra sin esperanzas. Por eso le dirijo a usted estas líneas con la familiaridad con la que lo haría a cualquier amigo y con la esperanza de que las tomará en cuenta.
Creo firmemente que hay que tener visión de país. No es cuestión de ideologías. Hay que amar esta tierra porque ninguna otra en el mundo es más nuestra que esta. Por eso me duele tanto tanta parafernalia en el estilo de hacer política de algunos de nuestros dirigentes, cualquiera sea su bandera política. Así -me digo a mí misma- no se construye país.
De acuerdo con dos periódicos matutinos del lunes 3 de septiembre, los capturados por el asesinato de Mario están implicados en otros graves delitos. No puedo evitar peguntarme: ¿Por qué no estaban presos? ¿Se hará justicia para Mario?
Tras mis lágrimas consternadas, creo que no hay tiempo para perder las esperanzas y esta carta es uno de mis pequeños esfuerzos por luchar para la construcción del país que quiero, uno con oportunidades justas para todos y todas. Hoy me he jurado a mí misma no perder la fe en El Salvador.
Me es difícil convencerme de que las oportunidades para nosotros los jóvenes están lejos, convencerme de que hay que alejar nuestro talento y llevarlo a otro país.
Tenemos que construir país, alejarse de las propuestas a corto plazo, de las discusiones sesgadas por rencores políticos, de los vacíos que dan lugar a injusticias como la muerte de Mario…pero para ello necesitamos de usted, el Presidente de todos los salvadoreños y salvadoreñas.
Reciba de mi parte las más altas muestras de consideración.
El Faro
OPINIÓN
Carta de una joven al presidente Saca
Karen Fernández
cartas@elfaro.net
Publicada el 17 de septiembre de 2007 - El Faro
Señor Presidente,
Mi nombre es Karen Alessandra Fernández, tengo 21 años y soy estudiante en proceso de titulación. Aún no sé si las letras que le dirijo van a llegar hasta usted. Puede que sean una imprudencia, pero más creo que son producto de mi corazón.
La noche del sábado 1 de septiembre compartía con un grupo de mis amigos y amigas en un restaurante cuando el celular de una de mis acompañantes interrumpió nuestra conversación. En su cara era evidente la sorpresa. Al terminar su llamada nos contó, perpleja, que hacía unas horas habían asesinado en La Unión a un joven voluntario de la organización "Un techo para mi País" y que otros acompañantes estaban heridos en el hospital. La noticia empezaba a correr en la boca de otros voluntarios como ella. No se sabía hasta el momento nada más.
Silencio absoluto en nuestra mesa. Tenía 19 años, era estudiante de tercer año de Arquitectura de la UCA, un voluntario líder y había viajado esa mañana a Conchagua, La Unión, para un reconocimiento de familias beneficiarias del proyecto.
-Lo que pasa- les dije, cortando el silencio - es que siempre vemos noticias de jóvenes sesinados, algunos menores que nosotros; son pandilleros, o simplemente sucedió muy lejos de nuestras casas; de nuestros trabajos; de la universidad; lejos de los lugares donde nos reunimos. Nunca conocemos sus rostros, ni su historia; y además nos estamos acostumbrando a vivir con la muerte y a seguir como que si en este país no pasara nada. Entonces a nosotros simplemente "nada nunca nos va a pasar"-
Talvez yo nunca hubiese conocido de él, de no ser por la tragedia. Pero su rostro, sus aspiraciones y sus anhelos me parecen muy conocidos. Mario Amílcar Moreno era el hijo de un colega del papá de mi compañera de tesis, era el hermano menor de un compañero de trabajo de mi mamá, compañero voluntario de mis amigos, conocido de mis conocidos; pero sobre todo tenía el rostro de los jóvenes salvadoreños que soñamos con un mejor país. Tenía mi rostro, el suyo, el de nuestros hermanos, el de nuestros amigos…
Debo admitir, Señor Presidente, que en algunas ocasiones no concuerdo con sus ideas políticas, pero usted es el Presidente de todos los salvadoreños, y el Presidente de los jóvenes salvadoreños que amamos este país y que nos dolemos en el alma al sentir nuestra tierra sin esperanzas. Por eso le dirijo a usted estas líneas con la familiaridad con la que lo haría a cualquier amigo y con la esperanza de que las tomará en cuenta.
Creo firmemente que hay que tener visión de país. No es cuestión de ideologías. Hay que amar esta tierra porque ninguna otra en el mundo es más nuestra que esta. Por eso me duele tanto tanta parafernalia en el estilo de hacer política de algunos de nuestros dirigentes, cualquiera sea su bandera política. Así -me digo a mí misma- no se construye país.
De acuerdo con dos periódicos matutinos del lunes 3 de septiembre, los capturados por el asesinato de Mario están implicados en otros graves delitos. No puedo evitar peguntarme: ¿Por qué no estaban presos? ¿Se hará justicia para Mario?
Tras mis lágrimas consternadas, creo que no hay tiempo para perder las esperanzas y esta carta es uno de mis pequeños esfuerzos por luchar para la construcción del país que quiero, uno con oportunidades justas para todos y todas. Hoy me he jurado a mí misma no perder la fe en El Salvador.
Me es difícil convencerme de que las oportunidades para nosotros los jóvenes están lejos, convencerme de que hay que alejar nuestro talento y llevarlo a otro país.
Tenemos que construir país, alejarse de las propuestas a corto plazo, de las discusiones sesgadas por rencores políticos, de los vacíos que dan lugar a injusticias como la muerte de Mario…pero para ello necesitamos de usted, el Presidente de todos los salvadoreños y salvadoreñas.
Reciba de mi parte las más altas muestras de consideración.
Comentarios
"para ello necesitamos de usted el Presidente de todos los salvadoreños y salvadoreñas."
porke parece ke lo tildan de "superman"
EMHO ok!
porque siempre ese efecto de accion-reacción?
ese es el problema del pais aki no hay politicas de prevencion (al menos una verdadera no) sino ke solamente de reaccion, y solo asi es ke esta chica pide ke se haga algo para erradicar el problema... (hasta cuando ya las cosas han pasado)
y lo ke me cae mal es ke solo cuando matan al hijo de alguien "reconocido" es ke hacen el "llamado de atencion" al gobierno...
porke cuando matan al hijo de la señora ke vende tortillas (q tambien tiene los mismos sueños y aspiraciones ke el otro) no hacen nada?...
es más ni bulla hacen..
solo dicen amen y ke en paz descanse....
porke digo eso de superman...
ok tenes toooda la razón de ke el está allá "arriba" y tiene todas las facultades para hacer o deshacer algo (aparentemente)
pero de ahi a ke va a hacer las cosas solo porque vos le estas diciendo es paja pues...
cuanta gente no hace ese "llamado de atencion" diariamente y son ignorados?
en conclusión: la realidad es otra no es tan "chiche" como la planteas..
no es "soplar y hacer botellas" asi nomás...
el problema de la delincuencia es algo más profundo y se tiene ke trabajar de raiz, pero esto no solo es obligación del mr.president sino ke de un montón de gente, es más tooooodos debemos de participar en la solución y no estar sentadotes esperando ke "el otro haga"...