El nacimiento de su Santidad Jesucristo
La historia de Jesucristo es una historia muy bella. Es una historia de amor de Diosy el amor de la humanidad. Es la historia de una Manifestación de Dios.
Antes de que Cristo revelara Su misión a la humanidad, vivía un hombre santo llamado Juan BautistaJuan el Bautista dio las buenas nuevas a la gente de su época que el Mensajero de Dios vendría a liberarles de sus penas. La gente de ese tiempo no les gustaba cambiar de ideas; deseaban seguir imitando lo que sus antepasados habían hecho durante los siglos anteriores. Los sacerdotes que guiaban a la gente no querían que viniera un Mensajero de Dios porque temían que si El venía ellos podrían perder su posición. Por lo tanto encarcelaron a Juan el Bautista y después de un tiempo le cortaron la cabeza. Juan se sintió feliz de dar su vida en el sendero de Dios.
Jesucristo nació de la Virgen María en un hogar muy sencillo. José, quien fue conocido como Su padre, era solamente un humilde carpintero. Cristo nació en Tierra Santa. Era muy bueno y amable con la gente, aún cuando era un niño trabajando como ayudante de Su padre. Cuando llegó a la juventud, El dijo: "El tiempo ya ha llegado para que me ocupe de los asuntos de mi Padre Celestial".
Salió para meditar durante cuarenta días, luego regresó y reveló a la gente Su verdadera misión. El dio las buenas nuevas del Reino de Dios. Una vez fue a un lugar sagrado. Este era un centro de peregrinaje y reverencia para los judíos, pero lo habían convertido en un centro comercial. Cristo fue donde ellos y derribó sus almacenes y entonces los ahuyentó del lugar sagrado, diciéndoles: "Esta casa es la casa de Dios, no debéis profanarla con intereses mundanos". Quería El demostrar que la Religión de Dios no debe volverse en una fuente de ganancias materiales.
En los días de Cristo habla muchas personas que estaban espiritualmente muertas y corporalmente enfermas. El les curó y les dio vida con el poder de la Palabra de Dios. Pronto llegó a ser muy popular. Los sacerdotes se pusieron celosos y no les gustó que Sus seguidores fueran atraídos a este hombre sencillo quien estaba enseñando una nueva manera de vivir a la gente. Cuando El les dijo que El era su Rey espiritual, el Prometido de Sus libros sagrados, los sacerdotes se enfurecieron porque estos creían que su rey debería ser un hombre de grandeza mundana, mientras que Cristo fue un hombre sencillo. Ni siquiera tenía zapatos. No obstante, El proclamó que El era el Rey de Israel. "Soy su verdadero Rey", les dijo, "Soy el Maestro del Nuevo Reino. Estos reinos mundanos no son nada en comparación con el eterno Reino de Dios". Pero los judíos no querían creerle. Se levantaron contra El y Le crucificaron junto con dos ladrones. Aún en la Cruz Jesucristo pidió el perdón de Sus enemigos.
Los judíos no comprendieron el verdadero significado de su propio Libro Sagrado; ni sabían que al matar la Manifestación de Dios, no podían matar a Su voz porque era la voz de Dios y sería oída en todos los países del mundo.
Cuando Cristo murió, figuraban entre Sus creyentes gente muy sencilla y ordinaria. Habían recibido una nueva vida espiritual por medio del poder de la Palabra de Cristo y resucitaron de sus tumbas de la ignorancia. Aunque estos primeros discípulos de Cristo fueron humildes pescadores, empleados ordinarios, agricultores y labradores de la tierra, fueron guiados por una Manifestación de Dios y recibieron nuevos poderes por medio de El. Se esparcieron por todas partes de la tierra y difundieron el buen Mensaje de su Maestro, Jesucristo. Muchos de ellos aún dieron sus vidas por Su Causa. Bajo grandes dificultades y la amenaza de la espada, llevaron Su Mensaje a distintos pueblos y proclamaron que el Reino de Dios había sido establecido sobre la tierra por medio de Jesús. Aunque fueron simples pescadores y agricultores, soportaron los ataques de las fuerzas de todo el mundo. Conquistaron nación tras nación con la Palabra de Dios y llevaron una nueva vida espiritual a todos aquellos con quien tuvieron contacto. Este fue el poder divino de Jesucristo, la Manifestación de Dios.
Después de que El dejó este mundo, Cristo, igual a Krishna y Moisés, aseguró a la gente del mundo que en la plenitud del tiempo El volvería en la gloria de Su Padre Celestial. El dijo a la gente de Su época que El tenía muchas más cosas que decirles pero que no podían comprenderlas. Prometió, sin embargo, que otro gran Mensajero vendría más tarde para hablarles más acerca de Dios y de la religión.
Los Bahá'ís dan las buenas nuevas a sus hermanos cristianos, que Cristo havenido otra vez en la gloria del Padre. Esto es lo que Bahá'u'lláh dijo a los líderes del Cristianismo: "Ciertamente el Padre ha venido y ha cumplido aquello que os fue prometido en el Reino de Dios..."
(Libros Baha'is, El Nuevo Jardín)
Antes de que Cristo revelara Su misión a la humanidad, vivía un hombre santo llamado Juan BautistaJuan el Bautista dio las buenas nuevas a la gente de su época que el Mensajero de Dios vendría a liberarles de sus penas. La gente de ese tiempo no les gustaba cambiar de ideas; deseaban seguir imitando lo que sus antepasados habían hecho durante los siglos anteriores. Los sacerdotes que guiaban a la gente no querían que viniera un Mensajero de Dios porque temían que si El venía ellos podrían perder su posición. Por lo tanto encarcelaron a Juan el Bautista y después de un tiempo le cortaron la cabeza. Juan se sintió feliz de dar su vida en el sendero de Dios.
Jesucristo nació de la Virgen María en un hogar muy sencillo. José, quien fue conocido como Su padre, era solamente un humilde carpintero. Cristo nació en Tierra Santa. Era muy bueno y amable con la gente, aún cuando era un niño trabajando como ayudante de Su padre. Cuando llegó a la juventud, El dijo: "El tiempo ya ha llegado para que me ocupe de los asuntos de mi Padre Celestial".
Salió para meditar durante cuarenta días, luego regresó y reveló a la gente Su verdadera misión. El dio las buenas nuevas del Reino de Dios. Una vez fue a un lugar sagrado. Este era un centro de peregrinaje y reverencia para los judíos, pero lo habían convertido en un centro comercial. Cristo fue donde ellos y derribó sus almacenes y entonces los ahuyentó del lugar sagrado, diciéndoles: "Esta casa es la casa de Dios, no debéis profanarla con intereses mundanos". Quería El demostrar que la Religión de Dios no debe volverse en una fuente de ganancias materiales.
En los días de Cristo habla muchas personas que estaban espiritualmente muertas y corporalmente enfermas. El les curó y les dio vida con el poder de la Palabra de Dios. Pronto llegó a ser muy popular. Los sacerdotes se pusieron celosos y no les gustó que Sus seguidores fueran atraídos a este hombre sencillo quien estaba enseñando una nueva manera de vivir a la gente. Cuando El les dijo que El era su Rey espiritual, el Prometido de Sus libros sagrados, los sacerdotes se enfurecieron porque estos creían que su rey debería ser un hombre de grandeza mundana, mientras que Cristo fue un hombre sencillo. Ni siquiera tenía zapatos. No obstante, El proclamó que El era el Rey de Israel. "Soy su verdadero Rey", les dijo, "Soy el Maestro del Nuevo Reino. Estos reinos mundanos no son nada en comparación con el eterno Reino de Dios". Pero los judíos no querían creerle. Se levantaron contra El y Le crucificaron junto con dos ladrones. Aún en la Cruz Jesucristo pidió el perdón de Sus enemigos.
Los judíos no comprendieron el verdadero significado de su propio Libro Sagrado; ni sabían que al matar la Manifestación de Dios, no podían matar a Su voz porque era la voz de Dios y sería oída en todos los países del mundo.
Cuando Cristo murió, figuraban entre Sus creyentes gente muy sencilla y ordinaria. Habían recibido una nueva vida espiritual por medio del poder de la Palabra de Cristo y resucitaron de sus tumbas de la ignorancia. Aunque estos primeros discípulos de Cristo fueron humildes pescadores, empleados ordinarios, agricultores y labradores de la tierra, fueron guiados por una Manifestación de Dios y recibieron nuevos poderes por medio de El. Se esparcieron por todas partes de la tierra y difundieron el buen Mensaje de su Maestro, Jesucristo. Muchos de ellos aún dieron sus vidas por Su Causa. Bajo grandes dificultades y la amenaza de la espada, llevaron Su Mensaje a distintos pueblos y proclamaron que el Reino de Dios había sido establecido sobre la tierra por medio de Jesús. Aunque fueron simples pescadores y agricultores, soportaron los ataques de las fuerzas de todo el mundo. Conquistaron nación tras nación con la Palabra de Dios y llevaron una nueva vida espiritual a todos aquellos con quien tuvieron contacto. Este fue el poder divino de Jesucristo, la Manifestación de Dios.
Después de que El dejó este mundo, Cristo, igual a Krishna y Moisés, aseguró a la gente del mundo que en la plenitud del tiempo El volvería en la gloria de Su Padre Celestial. El dijo a la gente de Su época que El tenía muchas más cosas que decirles pero que no podían comprenderlas. Prometió, sin embargo, que otro gran Mensajero vendría más tarde para hablarles más acerca de Dios y de la religión.
Los Bahá'ís dan las buenas nuevas a sus hermanos cristianos, que Cristo havenido otra vez en la gloria del Padre. Esto es lo que Bahá'u'lláh dijo a los líderes del Cristianismo: "Ciertamente el Padre ha venido y ha cumplido aquello que os fue prometido en el Reino de Dios..."
(Libros Baha'is, El Nuevo Jardín)
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