Con el debido respeto para el señor Salarrué, que me dispense el atrevimiento. Puesiesque estaba un boladito sentado allá en lo más alto del muro, digo yo que era insecto, porque tenía antena. Rauter le decían, seguriano era marciano, por el nombre nada más. Estaba sentadito, echando internet, y de repente dijo, Ve, yo de aquí no disfruto de aquel mundo que le llaman internet, y diún brinco se tiró del muro, y zás, se cayó el internet. Segurito le dolió tremendo zapotazo al mentado, cuando venía de culumbrón de aquella altura, o quizá no, porque quizá habrá caído en la cama, como no se ve, no se sabe. Y entonces el rauter empezó a camaniar y decía: qué chulada esto que le llaman rialidá virtual, que no luera, sinoquera rial. Y decía: yo, si navegara por aquí, aunque no fuera mar, me comprara un trajecito de marinero. Y dijo: quesaquello que sioye, un emepetrés que le mientan?, pero no, eran los gritos de la cipota que decía: ay ay ay, se miacayido el internec, seguro es lempresa de don...