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Mostrando entradas de julio, 2022

KINTSUGI

Uno, Así empezó. Algo se fracturó. Un leve sonido se escuchó. Dos, El ruido siguió, Algo se movió. El paso se abrió, dentro mío surgió. Tres, Así se sintió. Algo salió. Estaba creciendo, No había dolor. Cuatro, El dolor empezó. Algo creció. La fractura se abrió. Y mi vida cambió. Cinco, En pedazos cayó, Algo terminó. Mi coraza se partió. Al suelo cayó. Seis, Expuesto quedó, Así se mostró, Mi fuerza salió. El dolor se expandió. Siete, Así terminó. Algo surgió. Un yo más grande nació. El dolor acabó. Ocho, nueve, diez. 

El fuego de tu amor

Y de un chispazo se encendió dentro mío, todo tu fuego, en la yesca vieja y seca de la antigua madera de mi cuerpo. Ya habitaba en mi ser el blanco viento de mis ideas, ese concepto de vos anidado entre mis sueños, que centellaba dentro mío en la oscuridad de mis deseos. Aquellos frondosos árboles que en mi primavera reverdecieron, se desnudaron de sus hojas y todas sus ramas se descubrieron cayendo todas en mis entrañas, cubriéndome entero. Y cual luciérnaga en el horizonte, Apareciste como un rayo y me clavaste todo tu fuego, Me prendiste cual hoguera inflamando todo mi cuerpo. Con el fuego de tu amor ardo consumiéndome en el tiempo, reduciendo mi ser a cenizas Y recreándome de nuevo.