una noche mágica
Esta noche, antes de dormir, quiero contar la primera vez que hablé con mi ángel guardián.
En algunos sitios de internet lo describen como uno que "Concede libertad a tu alma alegría y perdón. Te ayuda a borrar las cosas desagradables y el dolor de tu subconsciente. Es enamorado de la risa, cuida a los niños. Don alegría."
Hace mucho tiempo que quería conversar con mi ángel. Primero, porque sabía que tenía un mensaje para mí; y segundo, porque era el único que de verdad podría comprenderme y saber cómo es que me siento en este momento de mi vida.
Debo decir, que las más de 3 horas que pasé hablando con él fueron de verdad reveladoras. Primero, porque hablé con el Ángel de la Revelación. Este ángel, es uno de estos ángeles que trae los mensajes de Dios.
Me trajo un mensaje bien sencillo: "Nunca estamos solos. Estamos aquí para hacernos compañía".
Me pidió que me mantuviera firme en mis convicciones, que las decisiones que tome me las piense bien, y que, pase lo que pase, mantenga intacto mi corazón.
Este mensaje, sin duda, viene en un momento muy peculiar, sobre todo porque ya era tiempo de recibirlo, y también, porque hay muchos procesos que están cambiando en mi vida.
Como siempre, me fue duro y difícil dejarlo ir. Me dolió con lágrimas saber que se tenía que ir, pero me hizo una promesa: Quedarse conmigo para siempre.
Claro, tuve que dejarlo ir para que pudiera regresar, cuando más lo necesite. Pero ahora sé, que, pase lo que pase, sólo tengo que aprender a combinar mis 2 frases favoritas:
"Mirad lo que vuestras manos han forjado" y "Esto también pasará".
Ahora, sé que, aunque ambas tienen el poder de hacerme feliz o de traerme la más pesada de las tristezas... combinadas, y en perfecta armonía, tienen la capacidad de hacerme ver más allá de lo que puedo ver, de llevarme más allá de dónde yo sólo puedo ir, y de atreverme a dar más de lo que mi capacidad está dispuesta.
Ahora, sólo tengo que aprender a manejar todo esto.
Estas 3 horas que mi ángel me permitió conocerle, platicar y traerme sus mensajes, me permitieron abrirme y mantenerme expectante de todo lo que pueda suceder.
Ahora, con mis convicciones en una mano y con mis decisiones en otra, estoy preparado para comenzar el camino.
Gracias.
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