Erradicando la Pobreza
Declaración de la Comunidad Bahá’í en el Día Internacional de la Erradicación de la PobrezaExtrema
17 de octubre, 2008
Bahá’u’lláh, el Fundador de la Fe Bahá’í, proclama la unidad de la humanidad como el siguiente paso lógico en la evolución planetaria. Dicha unidad está basada en la justicia. Uno de los más impactantes ejemplos vistos en el mundo actual es el serio desequilibrio en las condiciones económicas y materiales. Un porcentaje relativamente reducido de la humanidad posee
riquezas inmensas, en tanto que la mayoría de la población mundial vive en la pobreza y la miseria. Este desequilibrio existe no solo dentro de cada nación sino entre ellas. Es más, la brecha que separa a ricos y pobres sigue abriéndose, lo cual indica que los sistemas económicos existentes son incapaces de restaurar un equilibrio justo.
Una solución satisfactoria a la actual crisis económica a nivel mundial yace en un cambio profundo del corazón y la mente, el cual sólo la religión puede producir. Desde la perspectiva Bahá’í, las suposiciones materialistas prevalecientes sobre el desarrollo económico son reflejo de un profundo error conceptual en cuanto a la misma naturaleza humana.
‘Abdu’l-Bahá escribió que “Las bases de la condición económica entera son divinas en su naturaleza y están asociadas con el mundo del corazón y el espíritu…” “La enfermedad que aflige al cuerpo de la humanidad es la falta de amor y la ausencia de altruismo…” Bahá’u’lláh asevera que la injusticia económica es una perversidad moral y como tal es condenada por Dios.
En particular Bahá’u’lláh advierte: “Oh, ricos de la tierra. Los pobres son mi fideicomiso entre vosotros; cuidad de mi fideicomiso y no os preocupéis únicamente de vuestra propia comodidad”.
Los Escritos Bahá’ís así mismo plantean: “Cuando vemos que la pobreza alcanza los límites del hambre, es un signo seguro de que en alguna parte existe tiranía. La humanidad debe implicarse de lleno en este asunto, y no demorar por más tiempo la modificación de las condiciones que causan la miseria de la tiranía de la pobreza a un gran número de personas.”
Los Escritos Bahá’ís visualizan que es necesario observar el problema con una mirada nueva, libre de polémicas económicas e ideológicas y que la realidad de la justicia económica y la prosperidad sólo serán posibles hasta que la conexión esencial entre los aspectos espirituales y prácticos de la vida sean reconocidos.
Comunidad Bahá'í de El Salvador - Oficina de Información Pública
17 de octubre, 2008
Bahá’u’lláh, el Fundador de la Fe Bahá’í, proclama la unidad de la humanidad como el siguiente paso lógico en la evolución planetaria. Dicha unidad está basada en la justicia. Uno de los más impactantes ejemplos vistos en el mundo actual es el serio desequilibrio en las condiciones económicas y materiales. Un porcentaje relativamente reducido de la humanidad posee
riquezas inmensas, en tanto que la mayoría de la población mundial vive en la pobreza y la miseria. Este desequilibrio existe no solo dentro de cada nación sino entre ellas. Es más, la brecha que separa a ricos y pobres sigue abriéndose, lo cual indica que los sistemas económicos existentes son incapaces de restaurar un equilibrio justo.
Una solución satisfactoria a la actual crisis económica a nivel mundial yace en un cambio profundo del corazón y la mente, el cual sólo la religión puede producir. Desde la perspectiva Bahá’í, las suposiciones materialistas prevalecientes sobre el desarrollo económico son reflejo de un profundo error conceptual en cuanto a la misma naturaleza humana.
‘Abdu’l-Bahá escribió que “Las bases de la condición económica entera son divinas en su naturaleza y están asociadas con el mundo del corazón y el espíritu…” “La enfermedad que aflige al cuerpo de la humanidad es la falta de amor y la ausencia de altruismo…” Bahá’u’lláh asevera que la injusticia económica es una perversidad moral y como tal es condenada por Dios.
En particular Bahá’u’lláh advierte: “Oh, ricos de la tierra. Los pobres son mi fideicomiso entre vosotros; cuidad de mi fideicomiso y no os preocupéis únicamente de vuestra propia comodidad”.
Los Escritos Bahá’ís así mismo plantean: “Cuando vemos que la pobreza alcanza los límites del hambre, es un signo seguro de que en alguna parte existe tiranía. La humanidad debe implicarse de lleno en este asunto, y no demorar por más tiempo la modificación de las condiciones que causan la miseria de la tiranía de la pobreza a un gran número de personas.”
Los Escritos Bahá’ís visualizan que es necesario observar el problema con una mirada nueva, libre de polémicas económicas e ideológicas y que la realidad de la justicia económica y la prosperidad sólo serán posibles hasta que la conexión esencial entre los aspectos espirituales y prácticos de la vida sean reconocidos.
Comunidad Bahá'í de El Salvador - Oficina de Información Pública
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